martes, 28 de julio de 2015

El Fotógrafo y la Naturaleza


La llegada del Verano nos trae esa calma necesaria  y el tiempo para poder viajar y fotografiar. Son muchos los Fotógrafos que esperan ésta época para aprovechar y escapar hacia la Naturaleza, ya sea junto al mar o en la montaña, es como una llamada interior en la que se busca el refugio de la serenidad y el poder atrapar detalles y momentos tan especiales, paisajes, animales, etc. El Verano trae oportunidades de viajar, explorar y descubrir paisajes, lugares, aunque no son pocos los fotógrafos que también prefieren otras estaciones menos calurosas que también ofrecen otros detalles, como la primavera, el otoño o el invierno.

Y es que de alguna manera esa simbiosis entre el Fotógrafo y la Naturaleza es una relación especial que en gran medida muestra el aprecio, valor o amor por el respeto a la naturaleza y con ello a nuestro planeta, una conciencia de respeto, me atrevería a decir que incluso ecologista. Atrapar la belleza de la Naturaleza, sus costas, mar, montañas, ríos, etc es una manera de querer mostrar a los demás lo hermoso de nuestro planeta y de forma casi inconsciente de que debemos respetarlo y cuidarlo, aunque por suerte la Fotografía es también un buen altavoz que crea un gran eco y en otras ocasiones ésta busca un fin a propósito a modo de reportaje / documento que nos haga reflexionar, en ocasiones mediante la belleza paisajista y en otras ocasiones mediante el horror o destrozo, contaminación y suciedad de ésta a modo de crítica.

Nuestro planeta ofrece una gran cantidad de paisajes naturales llenos de contrastes y diferencias que nos sorprenden y nos llaman la atención, acostumbrados generalmente a un clima o zona donde normalmente vivimos, escapar y viajar a otros lugares nos muestra y nos abre los ojos a otra forma de ver y comprender, siempre desde el respeto e intentando en la medida de lo posible no afectar al entorno ni a las especies que habitan en un entorno natural.

Luces, sombras, susurro de agua que fluye, hojas y ramas que danzan con la brisa, se crea un equilibrio que parece querer interpretar mientras la cámara lo observa, el trípode asentado, la cámara preparada, analizar la escena, observar, contemplar para saber utilizar la técnica y las herramientas necesarias, atrapar una escena. No importa su tu cámara como herramienta es un último modelo o si tiene ya unos años, al final importa ese mágico instante de hacer click y sentir que has atrapando una parte especial de tu vida, sentirte parte de ese entorno que te rodea, simbiosis de luz y arte.

Ausencia silenciosa de calma a la espera de novedades tras el Verano. Saludos